Los políticos actuales son lo más parecido a la clase noble de siglos atrás y además se lo creen. No hay, salvo honrosas y rarísimas excepciones, alcalde de ciudad o pueblo que no cobre un sueldo desorbitado. Siempre están a la greña, pero si hay que acordar una subida de retribuciones, se reúnen en un pleno y todos están de acuerdo. No tienen dificultad para llegar a fin de mes.
La última ocurrencia de la ‘nobleza' actual ha sido poner encima de la mesa la posibilidad de que la ‘plebe' trabaje 65 horas semanales. Cualquier cosa es posible con tal de que a ellos no les falte de nada. Francisco García Andreu.
¿Ésta es la mejor forma que se les ha ocurrido a las ‘mentes pensantes' europeas para conciliar la vida familiar y laboral y para acabar con el estrés en el trabajo? ¿Es que no hay ya bastante mal ambiente sociolaboral en el marco actual? Uno, en su modestia, va a hacerles otra propuesta alternativa: reducir la jornada laboral en un 50%, respetando por supuesto los salarios. ¡Eso sí que coadyuvaría a un mejor disfrute familiar, a una reducción del estrés y, no menos importante, a paliar el grave problema del paro, pues para cada puesto habría que contar al menos con dos empleados! ¿Que eso cuesta dinero? No mucho más de lo que habría que pagar para atender el alto coste de las nuevas jornadas que se pretenden y lo que le cuesta al Estado el tener que sufragar los gastos, cada vez más elevados, derivados del estrés laboral. Y si todavía falta dinero para ello, que se detraiga, a nivel mundial, de un capítulo que debería ya estar extinguido: el dedicado a armamen
1 comentario:
Vale, Miguel. Apoyo tu propuesta.
¿Dónde hay que firmar?
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